lunes, 28 de julio de 2014

De ti. Por ti. Para ti.

Estás ahí,
y en realidad yo solo estoy pidiéndote que te quedes,
no creo que sea para tanto,
te ahorro la energía de tener que irte.

Creo que llevamos horas aquí tumbados,
aunque se me hayan hecho segundos.

Y te miro, de hecho, no he dejado de hacerlo
desde que te tengo,
tus pestaña me están pidiendo que las bese
y yo lo hago.
Nunca supe muy bien cómo guardarme un beso de esos
que me mata por dentro si no lo suelto.

Eres precioso,cariño,
realmente creo que no he visto paisaje igual hasta hoy,
ya ves,
yo que siempre he sido de esas
que mataba sus horas mirando al cielo
-aunque ahora también lo hago-
solo que mi cielo ha cambiado.

Vimos cómo las horas se iban,
cómo el sol nos abandonaba,
y me dijiste que te encantaba
ese color morado de atardecer,
pero lo que no pude decirte yo
fue que lo que pasa es que
ese cielo ha acabado ENA-MORADO
de ti.

Y no lo culpo, créeme,
porque sé lo imposible que es
mirar hacia otro lado
teniéndote enfrente.
Y todo esto lo pienso
cuando te beso de nuevo los párpados
y la vida.