miércoles, 7 de agosto de 2013

Bésame.

Juro que he visto
una nube enorme encima de nosotros,
en pleno verano,
con todo el cielo despejado.

Una nube que dejó
caer cada una de sus gotas
para que empapara tu pelo
(y el mio),
y besarnos,
besarnos sin prisas pero con ganas,
con fuerza y deseo,
para besarnos como te verso,
como a ti te gusta.

Y se supone que debería
estar enfadada por la maldita nube,
pero no sabeis lo guapo que está
cuando tiene el pelo mojado
y sus ojos entre abiertos,
sino seguro que entenderíais
porqué miré hacia el cielo y sonreí.

Momentos después desapareció la nube,
y con ella , él.

Lo vi doblar la esquina
y mi corazón pareció odiar
a todos aquellos suspiros que me alejaban de él,
pero ni eso que late en mi cuerpo,
ni yo,
podíamos hacer nada más
que dejarle ir...

Y supongo que le perdí.(Pero nunca me gustaron los puntos finales)








En ese momento sonó mi puerta,
y con tu peor excusa volviste a mi ,
sonriendo,
y ya sabes que no puedo resistirme a
esa preciosa curva de tu cara.

En ese instante me di cuenta
de que tenemos miedo
de nosotros mismos,
de lo que somos capaz de perder.

Y ese día que parecía que
no volvería a verle,
que sería el día de despedida,
fue el de encuentro,
el del comienzo,
por eso,ahora,
sigo prefiero los besos empapados
con su pelo mojado y sus ojos a medio abrir.